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lunes, 21 de diciembre de 2015

CASABERMEJA (MALAGA)

Lo primero que aparece del pueblo de Casabermeja viniendo desde Málaga es su blanco y pintoresco cementerio. Una ciudad de difuntos que parece dar la bienvenida al viajero, asomándose tras sus muros sobre el río Guadalmedina. 


Cementerio de San Sebastián

Tras atravesar su cancela, y caminar por un suelo formado de pequeños cantos rodados, me recibe con un dulce aroma con olor a rosas y jazmín. Una serie de altivos cipreses forman un pasillo a cada lado, al igual que una guardia de honor, y nos dirigen a la capilla de San Sebastián. Una peculiaridad que caracterizaba los enterramientos en este camposanto era su original manera de dar sepultura a los difuntos en una especie de nicho abovedado, decorado y realzado en su parte delantera, con un frontón de forma triangular o curvada, que contenía la lápida del fallecido protegida por rejas o cristal. Este frontón estaba rematado en su parte más alta por una cruz. 
Mientras deambulamos por su interior, tranquilamente, entre nichos, panteones, cipreses y túmulos de piedras, nos sorprende ver la profusión de flores que decoran todas y cada una de las tumbas, dando un toque de aroma y color; me resulta impresionante. La iglesia del pueblo, lleva rato haciendo sonar su campana de forma pausada, lúgubre, triste, avisando a la población de que algún vecino ha fallecido. El echo de escuchar este lastimero teñir, y encontrándonos en el interior del cementerio, hace que no pueda evitar recordar las famosas "Rimas y Leyendas" escritas por Gustavo Adolfo Bécquer.

Frente a la puerta del cementerio, se encuentran los restos de lo que fue en su día el Castellum Aquae, una cisterna de época romana de más de veinte metros de largo y parcialmente abovedada que muestra al curioso como debió de ser, más o menos, su aspecto original por aquel tiempo.


Cerca de ella, en una calle ascendente que se adentra en el interior del pueblo, calle San Sebastián, una vieja fuente ofrece agua fresca al viajero a través de sus dos caños.


Nuestros pasos se dirigen, en esta ocasión, en busca de la iglesia de Nuestra Señora del Socorro, una edificación de grandes dimensiones y de la que destaca su alta torre de ladrillo de color bermejo y que queda rematada por un tejado a cuatro aguas.


Paseamos por las empinadas calles del pueblo, que parece desparramado por la ladera de la montaña y fotografío algunos rincones con el propósito de dibujarlos posteriormente en mi cuaderno de dibujo.



Hay un detalle que me llama la atención: se trata de la cantidad de hornacinas, con imágenes de vírgenes y crucifijos, que hay repartidas por sus calles y rincones y que, actualmente, se encuentran adornadas con flores de vivos colores.


Tras retratar alguna vieja vivienda en la parte más antigua del núcleo urbano, hago lo mismo con una escultura de bronce, regalo de la Delegación de Medio Ambiente a los vecinos del pueblo. Una réplica de un Búho Real a tamaño natural y al que llaman cariñosamente "Enrique".


Ascendemos ahora en coche, tomando el camino de la carretera antigua, la que unía Casabermeja con Málaga antes de la construcción de la autovía, camino que en antaño fue conocido como el "Camino Real". Pasamos junto a una ermita y, que a pesar de su moderna construcción, resulta coqueta y no desentona para nada con el entorno. Está provista de unas vistas magníficas desde donde contemplamos las sierras que forman parte del arco calizo de Málaga, hoy, unas cubiertas parcialmente por nubes, otras con espesos nubarrones desparramados por sus agrestes laderas. Junto a la ermita de Nuestra Señora del Socorro, que así se llama, hay un área recreativa conocida como "El Chorro" acondicionada con mesas, bancos, fuentes, barbacoas, servicios, columpios..., un lugar ideal para pasar un día con la familia.


Ermita de Nuestra Señora del Socorro

Seguimos camino arriba y a muy pocos kilómetros, dejamos a nuestra izquierda una venta de la que daremos buena cuenta después, ya que ahora nuestro próximo destino es visitar la Torre Zambra, una antigua torre de vigilancia levantada en el siglo XIII por los árabes y que cuya señalización y desvío encontramos ahora a nuestra derecha. Me dicen que se puede llegar en coche hasta ella por carril, pero las grietas y socavones que existen en el camino hacen decidirme por dejar el vehículo y seguir el camino a pie. La torre, aparece altiva en la lejanía. Por un momento, pensamos en que se encuentra bastante lejos para llegar hasta ella, pero hace buen día y no tenemos nada mejor que hacer así que nos ponemos a caminar, lentamente, por un carril en constante subida. Lo hacemos por una zona de monte que ha sido víctima del fuego, dejando sólo en pie los esqueletos carbonizados de pinos, encinas y algarrobos. A medida que ganamos altura, el viento va haciéndose notar y las vistas resultan inmejorables en 360º. Sierras como la de Mijas, de las Nieves, Alcaparaín, el Torcal, las Cabras, el Co, el Jobo, Alhama, Tejeda, Almijara, o los valles del Guadalhorce y del Guadalmedina, se ofrecen al viajero como recompensa a la ascensión realizada para llegar hasta aquí. 


Torre Zambra

  
NOTA: Como siempre espero vuestros comentarios.






4 comentarios:

  1. Poco a poco estás consiguiendo lo que te propusiste y te diré como Julio Iglesias: "y lo sabes".
    Un saludo, amigo

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    1. Ja, ja, ja, el camino es largo amigo Jesús y todavía queda mucho por recorrer. Formas parte de ese camino "y lo sabes".
      Un fuerte abrazo.

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  2. Sin lugar a dudas un estupendo trabajo de investigacion y qué mejor acompañado con los magníficos dibujos que nos muestras. Los que te conocemos sabemos el empeño que has puesto desde que te iniciastes en el dibujo y personalmente la evolución que has experimentado. Desde aqui todo el animo para esta tu nueva singladura que ahora inicias.

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    1. Agradezco tus palabras "Visentico". Espero que puedas acompañarme en más de una ocasión en este proyecto. O bien dibujando o bien con tu compañía que tan gratificante me resulta.
      Un abrazo y hasta cuando quieras.

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