CUADERNO DEL CAMINO DEL CID

Tras unos días de "forzadas" vacaciones, continúo mostrando las ilustraciones recogidas en este viaje por tierras del destierro por donde anduvo nuestro personaje, el Cid Campeador.  

Habiendo partido de Mecerreyes, y a poco más de seis kilómetros, llegamos con el día gris a la localidad de Covarrubias. Aquí, tras sellar nuestro salvoconducto, decidimos recorrer el pueblo y, de paso, plasmar alguna imagen de algunos de sus rincones en el cuaderno.

El robusto torreón de Fernán González, la plaza de Doña Sancha con sus bellos soportales, el archivo del Adelantamiento de Castilla, la estatua de la princesa Kristina de Noruega, la ex-colegiata de San Cosme y san Damián o un paseo entre los lienzos de la antigua muralla y el río Arlanza, son sitios que no tenemos que dejar de visitar.

Nuevamente en camino, y nos dirigimos a Santo Domingo de Silos, pasando primero por la pequeña localidad de Retuerta. 

Llegamos a Silos, y tras buscar alojamiento y dejar las mochilas nos encaminamos al monasterio para poder escuchar a los monjes entonar canto gregoriano. ¡Cautivador! Mientras cantan en coro, intento recoger en la semipenumbra del interior del monasterio el momento mágico que se me ofrece.

Los hermanos benedictinos tienen acondicionado una zona de albergue para los caminantes que hacen el camino de Santiago, y a pesar de que nosotros hacíamos el del Cid, tuvieron la generosidad de dejarnos utilizar sus instalaciones. Desde la puerta del albergue, y al resguardo de una leve lluvia dibujo el monasterio.

Tras sus muros hay una gran ejemplar de Secuoya gigante centenaria y con más de treinta metros de altura; hermoso ejemplar.

Habiendo dejado atrás Santo Domingo de Silos, y todavía con el canto gregoriano "grabado" en mi cerebro, tomamos dirección Peñacoba donde me llamó la atención una vieja puerta hecha con madera de sabina, y que quise plasmar en el cuaderno. Según me dijeron. tenía más de 200 años de antigüedad.

Dejamos atrás la pequeña localidad de Huerta del Rey y dirigimos nuestros pasos a Quintanarraya lugar donde pasaremos noche.

Merece la pena desviarnos unos kilómetros de nuestro itinerario para llegarnos a la vecina localidad de Peñalba de Castro y visitar los restos arqueológicos de lo que fue la Colonia romana de Clunia Sulpicia.

Continuará...

ALCAZABA

Desde que yo recuerdo, siempre me han atraído los monumentos arquitectónicos y tengo la suerte de residir en una ciudad como Málaga, lugar por el que han pasado tantas culturas: fenicios, griegos, romanos, árabes... Estos últimos, tras conquistar la ciudad en el siglo VIII, permanecieron aquí ocho siglos, hasta que en el verano de 1487 fue reconquistada por los Reyes Católicos. Durante todo ese tiempo, los musulmanes han dejado muchos indicios y construcciones. Uno de estas es la Alcazaba, que se encuentra situada a los pies del monte Gibralfaro y que fue construida entre los años 1057 y 1063, siendo catalogada por los expertos como una de las obras militares más importantes de España.

CUADERNO DEL CAMINO DEL CID

Hace poco más de cuatro años, y tras haberlo conocido a través de Internet, se me ocurrió hacer el Camino del Cid a pie, emulando a aquellos antiguos viajeros e ilustradores del período del romanticismo y reflejando en un cuaderno algunos de los paisajes y rincones que encontrase a mi paso. Como tengo responsabilidades familiares, tendría que hacerlo recorriéndolo por espacios de tiempo, es decir, dispondría de quince días, y allá donde acabase, sería el inicio del camino al siguiente año. Mi buen amigo Jesús, compañero de tantas aventuras, me acompañaría, y una cosa teníamos clara desde un principio, y era que no nos pondríamos metas y caminaríamos sin prisas, se trataba viajar disfrutando de cada momento, a veces oyendo el trino de los pájaros en los sotos, otras recreándonos con el vuelo pausado del buitre,  o viendo saltar a los corzos entre los trigales, hablando con sus gentes, disfrutar de una fresca y merecida cerveza, dibujar o escribir un diario en el caso de Jesús.

Nuestro recorrido comenzó una mañana de mayo en la pequeña localidad burgalesa de Vivar del Cid, al norte de la ciudad castellana. Aquí nació Rodrigo Díaz de Vivar, conocido como el Cid Campeador, y aquí daría comienzo nuestra ruta, iniciándola junto a una roca a modo de hito denominada "legua cero".