La idea para este domingo era subir al pico de la Concha desde el aparcamiento del refugio del Juanar. Francis y yo, acompañados de nuestra inseparable perrita "Candela" comenzamos la ascensión con un día que se presentaba a priori bueno, Atravesamos el denso y oscuro pinar de pino de Monterrey, ascendemos por la vereda y llegamos al puerto de las Allanás. Tras coger un poco de aliento continuamos por el sendero. Nos aproximamos al paso del salto del Lobo y al llegar a él, lo superamos extremando la precaución, pues la caída desde aquí podría tener resultados verdaderamente dramáticos. Superado éste, seguimos por la senda pina pero desde aquí, vemos que la cima está cubierta por espesas nubes. A medida que va trascurriendo el tiempo, las nubes, provenientes del Atlántico y cargadas de agua, van ganando terreno y, al soplar el viento con más fuerza en estas zonas altas, comenzamos a mojarnos como consecuencia del fino chirimiri que cae nos cae de costado. Como aquí venimos a disfrutar, decido dar la vuelta y comenzar la bajada hacia el aparcamiento. No tengo ganas de mojarme, pasar frío o sufrir un resbalón con el fino barro que cubre las piedras. Otra vez será.
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