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lunes, 2 de octubre de 2017

ARENAS

            El día se ha despertado nublado en Arenas. Es temprano, y la idea de fotografiar con las primeras luces de la mañana se ha desvanecido rápidamente al ver la pobre luz que baña el paisaje.


            Decidimos hacer tiempo y nos vamos a desayunar al bar “Juanete”, situado prácticamente en la entrada del pueblo. Café con leche y un “pitufo” de pan, con baicon, queso, tomate y mayonesa, nos cargan las pilas y comenzamos con brío nuestro recorrido. Lo hacemos desde la Fuente Árabe, a la entrada del pueblo.


            Se localiza a nuestra derecha, por debajo del nivel de la carretera. Su posterior reforma, en un intento de darle ese toque oriental, no me convence. Me gusta más lo que veo a través de las rejas que hay en la puerta de entrada. Aguas transparentes, paredes de roca y ladrillos encalados, sus  verdes culantrillos…
            Retomamos nuestro camino por la avenida principal y nos topamos con una escultura dedicada a la Mula, animal protagonista en una feria que celebran aquí, anualmente, los "arenuscos"y que tiene como objetivo principal recuperar las labores agrícolas que se efectuaban con 


la ayuda inestimable de estos animales. Paso a paso, comenzamos a ganar altura…Arenas es un pequeño pueblecito perteneciente a la región malagueña de la Axarquía y forma parte de la denominada “Ruta del Mudéjar”. La palabra Axarquía proviene del árabe “sarqiyya” y significa “parte oriental” o “región oriental”, y es efectivamente, el lugar donde se encuentra enclavado este municipio. Cuando caminas por sus calles y plazuelas es casi como si lo hicieras por algún poblado del norte de África. No cabe duda, que en sus blancas calles intrincadas afloran sus raíces árabes.

 


            Llegamos a una placita presidida por una fuente pequeña pero coqueta. En dicha plaza, se encuentra el edificio que antiguamente sirvió de Casa Consistorial, hoy convertido en Consultorio médico.


Muy cerca, en una de las callejas que parten de aquí, vemos una casa, cuya parte inferior está abierta con tres arcos de ladrillo al paso de gentes y de vehículos.


            Con paso tranquilo llegamos a la plaza de la iglesia, y como bien indica su nombre, aquí se haya la iglesia de esta localidad dedicada a Santa Catalina Mártir, levantada en el antiguo solar que ocupó la anterior mezquita en el siglo XVI. En 1926, y como consecuencia de un descuido con unas velas, la iglesia sufrió un incendio quedando el edificio bastante afectado, Un año después, seria 


reformada, pero su antiguo minarete, lo que actualmente es la torre con campanario, tuvo que ser sacrificado y de tener tres cuerpos pasó a tener sólo dos. En mi opinión, hoy por hoy, este minarete no destaca por su belleza. Nuevamente, en la década de los años 40, el edificio sería sometido a nuevas reformas. Me aproximo a la puerta de acceso, aunque en mi interior tengo la convicción de que me la voy a encontrar cerrada, y efectivamente, así me la encuentro, pero en ese momento la diosa fortuna me sonríe y una señora, al ver muestro interés por ver su interior, se presta muy amablemente a conseguir la llave del edificio y llevarnos a su interior. Ángela, que así dice llamarse esta señora, me cuenta algunos pasajes curiosos del edificio, como que en el incendio que sufrió el edificio en 1926 su abuela consiguió salvar de la quema a la custodia que guarda la hostia tras ser consagrada. Nos muestra las distintas dependencias del edificio, así como la pintura mural que pintó el artista malagueño Evaristo Guerra en una de las paredes del baptisterio.


Me ofrece la posibilidad de subir al campanario, cosa a la que acepto encantado. Una estrecha escalera de peldaños toscos recorre el interior del minarete y nos lleva al campanario, donde cuelgan dos campanas, una más grande y con más antigüedad que la otra. Tras un rato de charla, nos despedimos de Ángela, la cual, no ha dejado de mostrarnos una bonita sonrisa durante toda la conversación, agradeciéndole toda su amabilidad y simpatía mostrada.
            A medida que el día avanza las nubes desaparecen y el sol pega con fuerza. Montamos en el coche y ponemos rumbo a nuestro siguiente lugar a visitar. A la salida del pueblo se aprecian los cultivos predominantes de esta zona y que son el olivo, el almendro y la vid.


             Daimalos, es una pedanía del pueblo de Arenas, y se encuentra a menos de dos kilómetros de éste. Un pequeño pueblecito blanco en la ladera de un monte y del que destaca la fachada de su iglesia situada casi en el centro del casco urbano. Dejamos el coche en la entrada y comenzamos a 


subir por una empinada calle que nos llevará a la iglesia. Me llega un olor a vino, y a nuestra derecha, un señor en pie y con sombrero, nos ofrece un trago de vino. Lo acepto gustosamente y nos invita a pasar al interior de la vivienda, la cual, tiene acondicionada como bodega, llena de barriles de distintos tamaños y de trastos varios. Ente sorbo y sorbo le damos a la hebra. El vino lo elabora él mismo, Rafael, que así se ha presentado. Me dice que fue torero, y me enseña una foto en blanco y negro, enmarcada en la vieja pared, en la que se le ve vestido de luces y ante un toro en el albero, según me comenta, en una plaza de toros de Barcelona. “¿Cuál fue su nombre artístico?” le pregunto, “Rafael de Rosario; Rosario por mi madre”.

            La iglesia de Nuestra Señora de la Concepción fue levantada en el siglo XVI y es de estilo mudéjar. Lo que más destaca de ella es su alminar, construido en el siglo XIII y resto de la antigua mezquita. Este alminar me encanta, con sus viejos ladrillos encalados, y con sus pequeños arcos de herradura apuntados y ciegos hechos de una manera tosca. 



Deseo ver el interior de la iglesia, de la que he leído que aparecieron restos de pinturas murales en sus paredes, así que tras seguir las indicaciones de unas vecinas al preguntarles por quien puede tener la llave de la parroquia, allá que me voy. Llamo a la puerta de una casa y me abre una señora. Le doy los buenos días y le digo amablemente que me gustaría ver el interior de la parroquia. Respuestas como “ahora mismo estoy limpiando pescado” o preguntas como “¿para qué quiere ver la iglesia?” me hacen saber rápidamente que me voy a quedar con las ganas de verla. “Tendrá que venir usted a las siete de la tarde que es cuando se reza el rosario” o “puede usted venir el último domingo del mes que es cuando se da misa”. No valen de nada mis escusas; la decisión la tiene tomada. Si Ángela en Arenas fue la cara de la moneda, esta mujer en Daimalos fue la cruz.


            La iglesia de Daimalos cuenta con una leyenda que está cargada de intriga y de misterio. Según parece, corría el siglo XVIII cuando un sacerdote venido de Tolox, llegó a la parroquia para hacerse cargo de la misma. Al poco tiempo de su llegada, comenzaron a desaparecer objetos de valor y empezó a engatusar a los lugareños con terribles historias apocalípticas y a pedirles dinero para sus misas a cambio de la salvación. No contento con esto, también engañó a algunas mujeres con las que mantuvo relaciones sexuales. Un día, desgraciadamente para él, fue descubierto todo el engaño. Se dice que las gentes del pueblo cogieron al párroco promiscuo y a varias de sus amantes y fueron emparedados en una de las paredes de la iglesia. Desde entonces, son muchos los que en el silencio de la noche, al pasar junto a este lugar oyen lamentos. Dicen que son los lamentos y sollozos de las ánimas que claman piedad desde el otro lado del muro implorando su perdón.


 Este muro es el llamado "el rincón de las ánimas".


            No es la única leyenda con la que cuenta Daimalos como veremos a continuación. A las afueras del casco urbano, aunque próximo al mismo, se encuentra una bella fuente árabe.


Se trata de un pequeño aljibe de época almorávide nazarí,  que lo sitúa entre los siglos XII y XV. Tiene unas dimensiones aproximadas de tres metros cuadrados y una entrada con arco de herradura. 


 Asomándonos a su interior, vemos como el fondo del aljibe es de roca y es por donde mana el agua. En esta zona cuelgan cantidad de culantrillos. Tiene un bello techo abovedado construido en ladrillo y en el que tiene incrustados unos cuencos de cerámica. Es realmente muy bonito. Cuenta una leyenda que, en época musulmana, una joven mora veía pasar sus años sin que el amor llegase a ella. Viendo que su lozanía pasaba sin encontrar pretendiente, decidió buscar consejo en un sabio santón del pueblo de Sayalonga. Éste, le dijo que bebiese varias veces al día del agua de esta fuente. Tras seguir el consejo del santón la joven encontró al poco tiempo el amor que tanto ansiaba. En ella, y siguiendo los pasos de aquella mora, han venido mucha gente a beber buscando esa recompensa amorosa. Desde entonces, a esta fuente se le conoce como la Fuente del Amor.

            Arenas tiene más cosas que mostrarnos pero el tiempo apremia y tenemos que regresar a casa.  

                El próximo día visitaremos Canillas de Albaida.










 








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