Buscar este blog

lunes, 1 de febrero de 2016

PARAUTA (Parte 1)

Al llegar a la cabecera del río Genal, el paisaje que se ofrece a los ojos del viajero es, como poco, espléndido, y si a esto le añadimos el bello colorido que en esta época del año ofrece la gran masa arbórea de castaños, que se extienden por las laderas de las montañas, verdes, amarillos, ocres, dorados, y de vez en cuando salpicado con alguna pincelada de rojo, el panorama, finalmente, alcanza lo sublime.


Dejamos el coche aparcado cerca del cementerio municipal del pueblo, donde frente a la entrada del mismo, se levanta la pequeña ermita del Señor. Comenzamos a descender por la carreterita hasta llegar a las primeras casas que dan forma al casco urbano. Caminamos lentamente por sus limpias callejas, dirigiendo nuestros pasos hacia donde se encuentra la iglesia. En la plaza que lleva por nombre Cristóbal González, sobre el tronco de una palmera cortada, a más o menos un metro del suelo, hay expuesta una figura tallada en madera, obra del escultor Ricardo Dávila.


La parroquia , dedicada a la Purísima Concepción, fue levantada en el siglo XVI. Como casi siempre suele ocurrirnos en la mayoría de los pueblos, las puertas del templo permanecen cerradas.


Paseamos y nos "perdemos" por empinadas calles de origen morisco. Pregunto a una vecina, que pasaba por allí, por la calle Altillo y como el pueblo es pequeño y no se encuentra lejos de donde estoy, me acompaña amablemente hasta la entrada de la misma. Allí se encuentra el conocido como "arco de la calle Altillo", uno de los más bellos rincones del municipio y que parece detenido en el tiempo, como si este pequeño lugar hubiese sido condenado al olvido por la mano del hombre hasta convertirse en un simple recuerdo de lo que allí existió. ¡Cuanto me alegro de haberlo conocido en estas condiciones!


Más o menos, en frente, se haya otra vieja casa, que también me llama la atención, la número 2, con un portal construido en viejo ladrillo y con un par de pequeños y algo destartalados balconcitos.


Salimos por el otro extremo del pueblo para caminar un rato por un carril y dejamos a nuestra derecha una longeva encina de porte considerable y que es conocida en el lugar como la encina "Vallecillo". Entre parcelas alambradas nos adentramos en un dorado castañar y que ofrece unas vistas maravillosas de los alrededores.


Continuará...






7 comentarios:

  1. Sin duda te lo curras y de ahi el magnífico resultado.
    Enhorabuena.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Agradezco tus palabras que, sin duda, me sirven para seguir trabajando en este asunto. Gracias por tu apoyo y por seguirme en este blog que intento que sea de todos.

      Eliminar
    2. Me alegra que te guste! Un abrazo.

      Eliminar
  2. Gracias por tu dibujos y por historias que son muy bonitas y sigue este trabajo que son magnifico.
    un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Miguel por tu apoyo, seguiremos trabajando..y disfrutando.

      Eliminar