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lunes, 7 de marzo de 2016

CAMINO DEL CID (Parte 6)

El camino que nos lleva al pueblo burgalés de Covarrubias, discurre por un paisaje que transmite, en su conjunto, paz y hermosura. Grandes extensiones a modo de mantos naturales de flores de vivos colores, con árboles diseminados aquí y allá, las cumbres nevadas de la Sierra de las Mamblas, el azul del cielo, el limpio frescor de la mañana... y todo aderezado con los cantos y trinos de las aves próximas al camino.


Nada más entrar a la localidad, percibimos una sensación como que el pueblo se ha quedado estancado en el tiempo. Caminar por sus calles, es hacer un viaje a través de la historia. Pasar bajo el arco del edificio del Archivo del Adelantamiento de Castilla, con aspecto de solidez y robustez.


Desde la plaza de Doña Sancha, disfrutar de la visión del gran torreón defensivo de Fernán González, de 22 metros de altura. El crucero de piedra, levantado en el siglo XVI...,


Encaminarse al paseo de la Solana, y desde el puente, disfrutar con la visión y el arrullo de las aguas del río Arlanza a su paso por la ciudad, flanqueado de una verde y frondosa vegetación junto a sus riberas.
Ser testigo de como eran las antiguas construcciones del lugar, a base de adobe y entramados de madera, como podemos observar en la fachada de la conocida como Casa de Doña Sancha, edificación típica del siglo XV.


Caminar bajo los soportales de la villa, contemplar la escultura levantada en honor de la Princesa Cristina, una princesa venida de Noruega para contraer matrimonio con el infante Felipe de Castilla, hermano de Alfonso X el Sabio.


Entrar al interior de la Colegiata de San Cosme y San Damián, que alberga un órgano datado del siglo XVII y que hoy en día todavía funciona, bellos y elaborados sarcófagos, entre los que se encuentra el que guarda los restos de la mencionada princesa vikinga Cristina, y muchos otros "tesoros" dignos de ser visitados.

Aquí finalicé mi primer cuaderno dedicado al viaje que realizo todos los años a pie siguiendo el Camino del Cid. No quise olvidar a la gente que tan bien nos habían tratado en este tramo del recorrido.


Continuará...








  

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